Cada día, desde que nos
despertamos es el punto de partida para afrontarnos hacia lo que hacemos en
nuestro entorno, cuando vas a la ducha a bañarte, te has preguntado alguna vez
de donde y como viene el agua con la que te mojas horas y horas?, tal vez para
ti son cosas sin importancia o tal vez son cosas que no les prestas la debida atención
porque no te causan un efecto, pero todo lo que sucede en nuestra sociedad, en
nuestro entorno y en nuestro vivir diario está ligado a los actos que nosotros
mismos los causamos; no hay que hablar de actos buenos o actos malos, sino, de
los actos en general, realmente un acto o hecho refleja el poder que tenemos
los humanos para interponernos hacia la sociedad. Vivimos en una sociedad
moderna que se ha vuelto consumista y dependiente de la naturaleza y que cada día
deteriora todo lo que está a su alrededor. Cada persona piensa en sí mismo y en
sus intereses personales, no busca una armonía con las demás personas, es más,
ni siquiera pensamos en buscar una armonía con nuestro propio cuerpo.
Vivimos en una sociedad que decae
o en una sociedad que se fortalece? Somos seres que hemos ido avanzando con el
pasar del tiempo, pero ese avance no ha sido en una manera saludable, digna o
necesaria, ese avance ha sido de una forma forzada y a través de conflictos que
solo han causado que otras sociedad es sean pisoteadas o aniquiladas para
conseguir lo que ahora está a nuestro alrededor; entonces con respecto a todos
estos hechos, tu y yo podríamos decir que convivimos en una sociedad que decae día
a día por nuestras acciones que en su mayoría son egoístas y que se encargan de
seguir en la línea capitalista de este mundo moderno que solo busca acabar con
la sociedad y volvernos más consumistas y dependientes de lo que tenemos.
No se busca cambiar las cosas
porque sería muy difícil o casi imposible hacerlo, pero debemos buscar la
manera de satisfacer las necesidades actuales pero llegar al punto limite en
donde ya no podamos pasar para de esa forma tratar de que todo lo que existe
este en beneficio para las sociedades futuras porque ese debería ser nuestra obligación,
velar por sentirnos bien y satisfacer nuestras necesidades pero sin comprometer
a las sociedades futuras a nuestros actos descontrolados.


