martes, 13 de mayo de 2014

¿En qué sociedad vives?


Cada día, desde que nos despertamos es el punto de partida para afrontarnos hacia lo que hacemos en nuestro entorno, cuando vas a la ducha a bañarte, te has preguntado alguna vez de donde y como viene el agua con la que te mojas horas y horas?, tal vez para ti son cosas sin importancia o tal vez son cosas que no les prestas la debida atención porque no te causan un efecto, pero todo lo que sucede en nuestra sociedad, en nuestro entorno y en nuestro vivir diario está ligado a los actos que nosotros mismos los causamos; no hay que hablar de actos buenos o actos malos, sino, de los actos en general, realmente un acto o hecho refleja el poder que tenemos los humanos para interponernos hacia la sociedad. Vivimos en una sociedad moderna que se ha vuelto consumista y dependiente de la naturaleza y que cada día deteriora todo lo que está a su alrededor. Cada persona piensa en sí mismo y en sus intereses personales, no busca una armonía con las demás personas, es más, ni siquiera pensamos en buscar una armonía con nuestro propio cuerpo.
Vivimos en una sociedad que decae o en una sociedad que se fortalece? Somos seres que hemos ido avanzando con el pasar del tiempo, pero ese avance no ha sido en una manera saludable, digna o necesaria, ese avance ha sido de una forma forzada y a través de conflictos que solo han causado que otras sociedad es sean pisoteadas o aniquiladas para conseguir lo que ahora está a nuestro alrededor; entonces con respecto a todos estos hechos, tu y yo podríamos decir que convivimos en una sociedad que decae día a día por nuestras acciones que en su mayoría son egoístas y que se encargan de seguir en la línea capitalista de este mundo moderno que solo busca acabar con la sociedad y volvernos más consumistas y dependientes de lo que tenemos.

No se busca cambiar las cosas porque sería muy difícil o casi imposible hacerlo, pero debemos buscar la manera de satisfacer las necesidades actuales pero llegar al punto limite en donde ya no podamos pasar para de esa forma tratar de que todo lo que existe este en beneficio para las sociedades futuras porque ese debería ser nuestra obligación, velar por sentirnos bien y satisfacer nuestras necesidades pero sin comprometer a las sociedades futuras a nuestros actos descontrolados.

LA CAZA INDISCRIMINADA


Los desastres ecológicos, la deforestación y otras consecuencias de la acción humana provocan daños en la cadena trófica. Sin embargo, en el mundo actual la extinción de especies animales no está tan directamente relacionada con la escasez de alimentos o la contaminación, como con acciones violentas directas (la caza no reglamentada y el comercio ilegal de especies salvajes) o indirectas (la introducción de especies exóticas, en determinados ambientes, que compiten por uno o más recursos con individuos nativos o ya adaptados al lugar).
En todo el mundo gobiernos y entidades no gubernamentales de distintos países realizan grandes esfuerzos para despertar conciencia sobre la gravedad de esta situación. Algunos de estos esfuerzos se canalizan a través de leyes que regulan los períodos de caza y pesca, establecen el número máximo de piezas que está permitido cazar, protegen a las especies en los períodos de apareo y desove y establecen reservas adecuadas de vida natural. Sin embargo, los controles ideados hasta el presente son insuficientes a la hora de detener el creciente deterioro de la vida silvestre.
Hay industrias montadas sobre la caza indiscriminada de especies valiosas y la captura de ejemplares vivos para su comercialización en forma clandestina. Nutrias, osos, castores, focas, leopardos, visones, martas, astracanes, armiños, zorros y chinchillas van a parar a manos de peleteros de todo el mundo que comercializan unos 15.000.000 de pieles al año. Mientras tanto, unos 10.000.000 de pieles de reptiles entran en el circuito de la marroquinería.
Peces, ardillas, armadillos, monos, loros, camaleones y aves coloridas, son capturados sólo para ser vendidos a personas que gustan de mascotas exóticas, a pesar de que muchos de ellos mueren durante el transporte o en las viviendas de sus compradores.
Estadísticas recientes dan cuenta que unos 5.000.000 de aves y 500.000.000 de peces ornamentales llegan a manos de coleccionistas y aficionados.
Se calcula que en el reino animal hay unas 700 especies al borde de la desaparición y 2.300 seriamente amenazadas en todo el planeta. Unos 50 millones de primates al año son utilizados en investigaciones de laboratorio o capturados para su venta como mascotas. Sólo en Estados Unidos ingresan anualmente treinta millones de animales en calidad de mercancía, provenientes de Brasil, México y países africanos. El tráfico ilegal de animales mueve más de 4.000 millones de dólares por año, sólo superado por el contrabando de armas y el narcotráfico.

Especies en peligro


En 1973 se firmó el primer tratado internacional que ponía límites a la caza y la pesca indiscriminadas, y al comercio ilegal de animales. Ciento veintiséis países han adherido a ese tratado, pero los estragos continuaron. Las especies más amenazadas podrían desaparecer en las primeras décadas del siglo XXI. Las cifras que manejan los especialistas son impresionantes: del tigre de Siberia, capturado por su piel, quedan unos 200 ejemplares.
El cocodrilo del Nilo afronta peligro inminente de extinción. Viven en libertad unas 150 parejas del águila imperial ibérica, y están en serio peligro las tortugas marinas, un lujo de coleccionistas.
En las elevaciones de África sólo sobreviven 600 gorilas de montaña, y hay unos pocos más en zoológicos o institutos de antropología. El guacamayo escarlata es codiciado en Estados Unidos por su belleza e inteligencia. En Australia, es probable que haya desaparecido el lobo marsupial; el último ejemplar fue visto hace más de diez años.
¿Cómo ha sido posible semejante nivel de destrucción? Las explicaciones saltan a la vista. El panda gigante, no en vano consagrado como el símbolo internacional de las especies en extinción, es cazado por su piel y para su exhibición en zoológicos; se cree que no quedan más de 1.000 en libertad. En el Japón puede llegar a pagarse hasta 50.000 dólares por un ejemplar.
En 1990 se prohibió totalmente la caza de elefantes en todos los países de África; sin embargo, se siguen matando 70.000 ejemplares anuales, de cuyos colmillos se extraen menos de 1.000 toneladas de marfil.
Si los rinocerontes se extinguen, ello se deberá a una serie de supersticiones y creencias de algunos pueblos orientales: el cuerno pulverizado de este animal es considerado un poderoso afrodisíaco. Por este motivo, casi ha desaparecido esta especie de las islas de Java y Sumatra, y de la India. En África había unos 65.000 ejemplares negros en la década de 1970; en la actualidad quedan apenas 2.000. Otro tanto pasa con el rinoceronte blanco: su desaparición es inminente.

Compitiendo por recursos

Los animales no sólo están amenazados por la caza y la captura indiscriminadas. Muchas poblaciones afrontan serios problemas en su propio hábitat, motivados por la introducción de especies exóticas que comienzan a competir con los ocupantes originarios de un determinado nicho ecológico.
Desde los Estados Unidos fueron introducidos visones en varios países de Europa, y tras su presencia se redujo drásticamente la población de nutrias.
En Australia se hicieron sueltas de conejos para satisfacer los deseos de cazar de los colonos, sin tener en cuenta que no había predadores naturales para esa especie tan prolífica. La población de conejos creció tan espectacularmente que se convirtieron en plaga de la agricultura.
Entonces se importaron zorros, con el fin de controlar a los conejos, pero disminuyó en forma alarmante el número de marsupiales nativos, con los cuales los zorros compiten.
Apicultores brasileños importaron abejas africanas para mejorar la calidad de la miel; lo lograron, pero la nueva variedad surgida muestra suma agresividad hacia el hombre y los animales.

También en Sudamérica

Los tres factores que agravan el problema de la extinción de animales
-caza, captura e introducción de especies exóticas- se dan en la fauna sudamericana. Los tres factores que agravan el problema de la extinción de animales -caza, captura e intro- ducción de especies exóticas- se dan en la fauna sudamericana. En el chaco, la defores- tación de las selvas y los bosques, la cacería indiscriminada y la introducción de especies exóticas llevaron al borde de la extinción al puma, al yaguareté, al tatú carreta, al yacaré y a muchas variedades de pájaros y peces.
En la Patagonia, el hábitat del huemul fue invadido por ciervos europeos y las maras o liebres nativas fueron desplazadas por las de origen europeo.
En los mares del sur buques factoría, provenientes en su mayoría del Japón y otros países orientales, practican la pesca clandestina.
Uno de los animales más cotizados por su utilidad para las industrias cosmética, alimentaría y farmacológica es la ballena. En la actualidad se organizan importantes campañas internacionales destinadas a revertir su desaparición.


Entra a este link y podrás observar todo lo que podemos ocasionar por nuestra ambición, realmente somos seres muy despreciables: http://www.taringa.net/posts/mascotas/10159816/Animales-En-Peligro.html

Que hacer para no contaminar el aire


Hay muchas formas de ayudar a reducir la contaminación del aire. Se puede hacer un aporte significativo a la purificación del aire simplemente siguiendo (o no, según sea el caso) ciertas prácticas sencillas 
Dado que los vehículos contribuyen enormemente a la polución del aire mediante la emisión de CO2, NOx, ozono, VOC, HAP, CFC y partículas volátiles, la modificación de los hábitos de conducción contribuirá a reducir la misma.

Reducir el uso del automóvil, usar medios de transporte público o bicicleta, caminar más, utilizar el automóvil como medio de transporte colectivo, etc. constituyen la mejor manera de ayudar a reducir la polución atmosférica.

Si conduce, tenga en cuenta lo siguiente:

· Evite circular a alta velocidad

· Cuando compre un vehículo, elija uno que tenga alto rendimiento en millas por litro de gasolina.

· No sobrellene el tanque de gasolina

· No cargue gasolina en días de alto contenido de ozono. Trate de hacerlo después de que oscurezca.

· Use un modelo de vehículo que sea lo más nuevo posible, ya que los modelos nuevos son, en general, menos contaminantes.

· Utilice un vehículo alternativo, como por ejemplo el automóvil eléctrico, o uno que funcione con otro tipo de combustible.

· Conduzca suavemente y evite que su automóvil permanezca sin uso durante mucho tiempo.

· Si su automóvil es de un modelo anterior a 1995, haga cambiar el peligroso sistema de aire acondicionado R-12 (clorofluocarbonado) por el R-134-a, que es más seguro, con lo cual contribuirá a reducir el agujero de ozono.

· Mantenga su automóvil en buen estado, poniendo especial atención en el sistema de escape.

· Asegúrese de que los neumáticos tengan la presión de aire adecuada.

· Mantenga en buen estado el sistema de aire acondicionado de su vehículo, asegurándose de que no haya filtraciones.

· Haga menor cantidad de viajes. Planifique su itinerario, de manera de evitar las zonas de tránsito congestionado.

· Reduzca el uso de gasolina tanto como le sea posible –la forma y el diseño del automóvil pueden ser factores determinantes del consumo.

He aquí otras prácticas mediante las cuales Ud. puede contribuir a disminuir la contaminación del aire:


· Posponga las tareas de jardinería que requieran el uso de herramientas a gasolina en días de alto nivel de de ozono.

· Consuma alimentos orgánicos o al menos aquellos no hayan sido sometidos a un uso tan intensivo de agroquímicos.

· Restrinja la limpieza en seco.

· Evite el uso de pinturas, aceites y solventes en días de alta concentración de ozono.

· Reduzca el consumo de electricidad, lo cual contribuirá a disminuir las emanaciones de SO2, NOx, VOC y partículas.

· Prenda el carbón de leña con un encendedor eléctrico en vez de hacerlo con combustible líquido.

· Restrinja-reutilice-recicle. Un menor consumo redundará en menor contaminación atmosférica de todo tipo.

REALIZADO POR: Mit Magaña